LA ULTIMA NOCHE
viernes, 9 de diciembre de 2011
sábado, 3 de diciembre de 2011
viernes, 25 de noviembre de 2011
viernes, 18 de noviembre de 2011
viernes, 11 de noviembre de 2011
viernes, 21 de octubre de 2011
viernes, 7 de octubre de 2011
FILMS
Miércoles 19 / Jueves 20 de octubre
EL ARBOL DE LA VIDA
Miércoles 12 / Jueves 13 de octubre
LA QUISE TANTO
Miércoles 5 / Jueves 6 de octubre
LA PRINCESA DE MONTPENSIER
EL ARBOL DE LA VIDA
Miércoles 12 / Jueves 13 de octubre
LA QUISE TANTO
Miércoles 5 / Jueves 6 de octubre
LA PRINCESA DE MONTPENSIER
viernes, 23 de septiembre de 2011
viernes, 16 de septiembre de 2011
jueves, 8 de septiembre de 2011
viernes, 2 de septiembre de 2011
viernes, 26 de agosto de 2011
viernes, 19 de agosto de 2011
viernes, 12 de agosto de 2011
viernes, 5 de agosto de 2011
jueves, 28 de julio de 2011
viernes, 22 de julio de 2011
viernes, 15 de julio de 2011
domingo, 3 de julio de 2011
viernes, 24 de junio de 2011
sábado, 18 de junio de 2011
sábado, 11 de junio de 2011
domingo, 5 de junio de 2011
Clase especial sobre Woody Allen
Miércoles 8 / Jueves 9 de junio
Si es tu primera visita a este blog te invito a
El Contemplador, segunda parte, donde encontrarás información detallada sobre los cursos y el Decálogo del contemplador.
Si es tu primera visita a este blog te invito a
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viernes, 27 de mayo de 2011
sábado, 21 de mayo de 2011
domingo, 15 de mayo de 2011
viernes, 6 de mayo de 2011
viernes, 29 de abril de 2011
jueves, 21 de abril de 2011
La PELICULA de la semana
Miércoles 27 y Jueves 28 de abril
EL HOMBRE QUE PODIA RECORDAR SUS VIDAS PASADAS
EL HOMBRE QUE PODIA RECORDAR SUS VIDAS PASADAS
viernes, 15 de abril de 2011
viernes, 8 de abril de 2011
FILM semanal
Miércoles 13 y Jueves 14 de abril
EL MUNDO ES GRANDE Y LA SALVACION ESTA A LA VUELTA DE LA ESQUINA
EL MUNDO ES GRANDE Y LA SALVACION ESTA A LA VUELTA DE LA ESQUINA
viernes, 1 de abril de 2011
jueves, 24 de marzo de 2011
viernes, 11 de marzo de 2011
viernes, 4 de marzo de 2011
sábado, 19 de febrero de 2011
2011
Nuevo año, nuevas propuestas
En este nuevo ciclo los invito a compartir mi ensayo acerca de ¨El discurso del rey¨, primera película que se analizará en Cómo ver un Film 2011.
Por otra parte, en http://elcontempladorsegundaparte.blogspot.com
encontrarán información detallada acerca del curso Cómo ver un Film -que suma un horario por la mañana- y el Decálogo del Contemplador, junto con el programa del seminario 2011:
LA MUJER EN BUSCA DE SI MISMA: De la mujer que podías haber sido a la mujer que podés ser.
Así continúa nuestro itinerario de conocimiento, camino de crecimiento que invita a ser compartido.
En este nuevo ciclo los invito a compartir mi ensayo acerca de ¨El discurso del rey¨, primera película que se analizará en Cómo ver un Film 2011.
Por otra parte, en http://elcontempladorsegundaparte.blogspot.com
encontrarán información detallada acerca del curso Cómo ver un Film -que suma un horario por la mañana- y el Decálogo del Contemplador, junto con el programa del seminario 2011:
LA MUJER EN BUSCA DE SI MISMA: De la mujer que podías haber sido a la mujer que podés ser.
Así continúa nuestro itinerario de conocimiento, camino de crecimiento que invita a ser compartido.
EL DISCURSO DEL REY
¨El cine es una nueva forma de antropología, de conocimiento del hombre, si se quiere, de análisis de la realidad humana. Justamente el cine ensaya perspectivas inaccesibles a las demás formas de pensamiento -el cine es también una forma original de pensamiento y por eso hace falta un entrenamiento especial para comprenderlo-.¨
Julián Marías
Basta con recorrer páginas de Internet para saber que la intención de Tom Hopper al dirigir EL DISCURSO DEL REY era concentrarse más en los dos personajes centrales que en el trasfondo histórico de Inglaterra entre 1925 y 1939; para saber que a Colin Firth lo que le importaba al aceptar ser George VI era ¨mostrar la barrera que debía atravesar esa persona¨ y lo que le atrajo fue ¨explorar la historia de un hombre que quiere conectarse con los otros sobrepasando sus propias limitaciones.¨
Por ello para mí el film es una antropología de la fragilidad y la debilidad humana, pero a su vez es una poética y dramaturgia de lo que llamo mediación existencial.
No me voy a detener en el argumento, supongo que han visto o van a ver la obra.
Tampoco en el estilo y la calidad de la interpretación, de lo que me ocuparé en detalle en mis clases.
Sí voy a analizar brevemente en algunos temas claves del film y la propuesta existencial que para mí la obra contiene.
LA MEDIACION EXISTENCIAL
El itinerario del personaje de Colin Firth es el camino de una persona para encontrar su propia voz. Pasar de la tartamudez a encontrar su propia voz es su viaje existencial.
Alcanzar a tener una voz propia requiere muchas veces la ayuda de un mediador existencial.
A partir de 1975 comencé a desarrollar una reflexión particular acerca de las relaciones humanas y forjé el concepto del mediador existencial.
Desde entonces distingo diferentes tipos de mediador. Voy a destacar los que aplico al film: existen los que llamo mediador adecuado, mediador inadecuado, mediador insuficiente, mediador catastrófico.
El mediador existencial adecuado es la persona que ante mí descorre el velo que me oculta un horizonte de posibilidades y logros, el que me brinda herramientas conceptuales para crecer, cambiar o transformarme existencialmente, el que me llama a lo mejor de mí mismo, el que tiene ante mí una presencia comprensiva y exigente.
Eso va a ser Lionel (Geoffrey Rush), el logópeda, para Bertie (Colin Firth).
Pero antes debemos hacer un distinción fundamental.
AMOR Y MEDIACION NO SON LA MISMA COSA
Es un mito romántico que el amor todo lo puede. No se le puede pedir al amor lo que el amor no puede dar. Cada persona tiene necesidades particulares y, si bien hay elementos de mediación en el amor, la persona que ama no necesariamente es el mediador adecuado de todas las necesidades del otro.
Elizabeth (Helena Bonham Carter) ama a su marido y tiene la lucidez necesaria para saber que no puede ser el artífice para que él se sobreponga a su tartamudez y busca mediadores para ello.
Al principio sólo consigue mediadores inadecuados pues ella cree que el problema es solo mecánico y físico y desde ese lugar le reclama a Lionel su trabajo terapeútico.
Por ello, y aunque ella lo ame profundamente, en ese aspecto ella es una mediadora insuficiente.
Si comprendiéramos que en muchos aspectos somos el mediador insuficiente de la persona que amamos, evitaríamos muchos errores, demandas e incomprensiones recíprocas. No va en desmedro del amor saberse mediador insuficiente, al contrario, reconocerlo le permite al amor ser lo que puede ser y desplegar sus verdaderas potencialidades y posibilidades.
Decía que la tartamudez de Bertie no es sólo mecánica, pero para ello tenemos que ver la múltiple dimensión en que su drama existencial se desarrolla:
1. PERSONA Y ROL
El primer drama existencial de Bertie tiene un aspecto común con todos nosotros. Desgraciadamente en la mayoría de los casos la familia es una comunidad de roles más que una comunidad de personas.
El nacimiento instaura culturalmente la relación padres e hijos por encima de la relación entre personas.
La famosa frase de Gibran: ¨Tus hijos no son tus hijos, son hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma¨, es un programa y una propuesta a cumplir que raramente se verifica.
Como alguien señalo los padres nombran y designan, nos ponen un nombre y nos dan un lugar en el sistema familiar.
Y Bertie tuvo un padre que fue un mediador catastrófico. Mediador catastrófico es aquel que niega, anula y desnaturaliza potencialidades y posibilidades para el crecimiento personal del otro. Desde no poder armar aviones porque había que coleccionar estampillas como el padre y otras correcciones dolorosas. Sumado a la no intervención de la madre, una nodriza cruel y el peso de su lugar entre los hermanos hicieron que la tartamudez de Bertie tuviera causas internas y no mecánicas o fisiológicas.
2. EL ROL COMO OCASION Y RIESGO
Suelo decir que cada rol que debemos asumir es ocasión y riesgo.
Si mi deseo es dar clases sólo cuando las doy es cuando tengo ocasión para que mis virtudes como docente se manifiesten.
El riesgo es que el rol se imponga a la persona.
Y también el rol tiene demandas específicas, tanto para ser un buen profesional como para ser un buen rey, como en este caso. Ante eso puedo no sentirme o no estar a la altura de las demandas que ese rol tiene.
Ese sentimiento lo acosa a Bertie, casi no puede pronunciar la palabra rey, y aunque interiormente deseara serlo siente que es nadie y no puede ejercer ese rol.
Tendrá que encontrar el mediador adecuado para poder descubrir que tiene una voz y que puede ser un buen rey. Pero para ello deberá comprender que tipo de relación tiene que tener con su mediador.
3. TODA RELACION DE ROL ES UNA RELACION INSUFICIENTE
Sólo una relación de persona a persona posibilita una relación suficiente.
Toda relación que se establece a partir del rol puede ser valiosa pero es insuficiente.
Lionel lo comprende y lo propone desde el comienzo. Mi lugar, mis reglas, señala. Sabe que si el trato es sólo entre el todavía Duque y logópeda no podrán alcanzar el objetivo buscado. Por eso el mediador lo nombra: Bertie. Es como un nuevo bautismo.
A partir de ese momento serán Lionel y Bertie. Al futuro rey le costará al principio comprender que sólo relacionándose más allá del rol el encuentro y la posibilidad de empezar a superar su tartamudez serán reales.
Claro que para que la relación sea cabalmente interpersonal Bertie tiene que comenzar a conectarse con su ser interior y desocultar las causas de sus miedos. Será el cara a cara entre ambos y Lionel como mediador adecuado lo que lo harán posible.
Es en la dramaturgia y la poética de esa relación, no exenta de humor, donde está el centro del film y es lo que llamo su propuesta existencial.
Martín Buber señalaba que sólo si veo al otro como persona hay relación yo-tú, de otro modo la relación es yo-ello, que es cuando la relación es superficial o lo que llamo relación de rol a rol. Pero a ello agrego que si no tengo una relación con mi yo auténtico en realidad la relación es ello-ello, impersonal, objetiva, instrumental, en el fondo seremos dos desconocidos que se relacionan para cumplir funciones, no para encontrarse y descubrirse personalmente.
Por supuesto que no todas las relaciones pueden ser ni son personales, esa es parte de la melancolía que me produce el mundo tal cual es y no como debería ser.
Pero hay ocasiones en que alguien propone una relación distinta y allí lo que se produce implica encuentro, reconocimiento, enriquecimiento y crecimiento existencial.
Esto es lo que se va a dar en el encuentro entre Lionel y Bertie.
Con sus claroscuros, con sus crisis, como la secuencia en la que el ya rey George VI parece sentir que fue engañado porque el otro no tiene título ni es doctor. Rebajando el tipo de relación que tuvieron hasta ese momento a una mera relación de rol.
Y es ahí donde el mediador adecuado lo llevará a la toma de conciencia de aquello que hizo que la relación tuviera éxito, el tipo de experiencia y el don que Lionel pudo aplicar en la Primera Guerra Mundial para aplacar los miedos de los soldados. Y en un crescendo dramático el rey aceptará que tiene una voz propia y que fue él, Lionel, el mediador adecuado para reconocerla y hacer surja.
4. PERSONALIZAR EL ROL ES HABLARLE AL OTRO O A LOS OTROS COMO SE LE HABLA A UN AMIGO
Es allí donde se van articulando los elementos que llevan a la propuesta de la obra.
Sólo personalizando el rol las virtudes del mismo alcanzan al otro como persona y es en la magnífica escena del discurso donde, con la música de la séptima de Beethoven, se encuentran dos seres que se conectan más allá de sus limitaciones.
Cuando el rey tiene que hablarle por radio al pueblo sobre la declaración de guerra a la Alemania hitlerista y sus sentimientos ante ello, debe sobreponerse a sus miedos y a los de los otros en esa hora grave.
En ese momento Lionel le pide que le hable al pueblo como si le hablara a él, como si le hablara a un amigo.
5. LA INTERIORIZACION Y LA PROPUESTA EXISTENCIAL
Allí terminan de anudarse los elementos de esta reflexión a partir de El Discurso del Rey.
Es cuando digo que si vemos la película como contempladores (Invito a que lean mi decálogo del contemplador), y la interiorizamos personalmente podemos descubrir que:
TODOS TENEMOS ALGUNA TARTAMUDEZ INTERIOR.
Y que para aceptarse a sÍ mismo, superar algunas de nuestras las limitaciones y conectarse existencialmente con los otros, hay que encontrar el mediador adecuado. El que a partir de personalizar su rol me permita comprender las causas de lo que me pasa, encontrar mi propia voz y apropiarme creativamente de las posibilidades que tengo. No sólo para responder a las demandas de un rol sino para crecer y transformarme como persona.
Si esto es posible:
seremos reyes, dueños y soberanos no sólo de nuestros discursos sino de nuestra vida.
RUBEN CICHELLO
Julián Marías
Basta con recorrer páginas de Internet para saber que la intención de Tom Hopper al dirigir EL DISCURSO DEL REY era concentrarse más en los dos personajes centrales que en el trasfondo histórico de Inglaterra entre 1925 y 1939; para saber que a Colin Firth lo que le importaba al aceptar ser George VI era ¨mostrar la barrera que debía atravesar esa persona¨ y lo que le atrajo fue ¨explorar la historia de un hombre que quiere conectarse con los otros sobrepasando sus propias limitaciones.¨
Por ello para mí el film es una antropología de la fragilidad y la debilidad humana, pero a su vez es una poética y dramaturgia de lo que llamo mediación existencial.
No me voy a detener en el argumento, supongo que han visto o van a ver la obra.
Tampoco en el estilo y la calidad de la interpretación, de lo que me ocuparé en detalle en mis clases.
Sí voy a analizar brevemente en algunos temas claves del film y la propuesta existencial que para mí la obra contiene.
LA MEDIACION EXISTENCIAL
El itinerario del personaje de Colin Firth es el camino de una persona para encontrar su propia voz. Pasar de la tartamudez a encontrar su propia voz es su viaje existencial.
Alcanzar a tener una voz propia requiere muchas veces la ayuda de un mediador existencial.
A partir de 1975 comencé a desarrollar una reflexión particular acerca de las relaciones humanas y forjé el concepto del mediador existencial.
Desde entonces distingo diferentes tipos de mediador. Voy a destacar los que aplico al film: existen los que llamo mediador adecuado, mediador inadecuado, mediador insuficiente, mediador catastrófico.
El mediador existencial adecuado es la persona que ante mí descorre el velo que me oculta un horizonte de posibilidades y logros, el que me brinda herramientas conceptuales para crecer, cambiar o transformarme existencialmente, el que me llama a lo mejor de mí mismo, el que tiene ante mí una presencia comprensiva y exigente.
Eso va a ser Lionel (Geoffrey Rush), el logópeda, para Bertie (Colin Firth).
Pero antes debemos hacer un distinción fundamental.
AMOR Y MEDIACION NO SON LA MISMA COSA
Es un mito romántico que el amor todo lo puede. No se le puede pedir al amor lo que el amor no puede dar. Cada persona tiene necesidades particulares y, si bien hay elementos de mediación en el amor, la persona que ama no necesariamente es el mediador adecuado de todas las necesidades del otro.
Elizabeth (Helena Bonham Carter) ama a su marido y tiene la lucidez necesaria para saber que no puede ser el artífice para que él se sobreponga a su tartamudez y busca mediadores para ello.
Al principio sólo consigue mediadores inadecuados pues ella cree que el problema es solo mecánico y físico y desde ese lugar le reclama a Lionel su trabajo terapeútico.
Por ello, y aunque ella lo ame profundamente, en ese aspecto ella es una mediadora insuficiente.
Si comprendiéramos que en muchos aspectos somos el mediador insuficiente de la persona que amamos, evitaríamos muchos errores, demandas e incomprensiones recíprocas. No va en desmedro del amor saberse mediador insuficiente, al contrario, reconocerlo le permite al amor ser lo que puede ser y desplegar sus verdaderas potencialidades y posibilidades.
Decía que la tartamudez de Bertie no es sólo mecánica, pero para ello tenemos que ver la múltiple dimensión en que su drama existencial se desarrolla:
1. PERSONA Y ROL
El primer drama existencial de Bertie tiene un aspecto común con todos nosotros. Desgraciadamente en la mayoría de los casos la familia es una comunidad de roles más que una comunidad de personas.
El nacimiento instaura culturalmente la relación padres e hijos por encima de la relación entre personas.
La famosa frase de Gibran: ¨Tus hijos no son tus hijos, son hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma¨, es un programa y una propuesta a cumplir que raramente se verifica.
Como alguien señalo los padres nombran y designan, nos ponen un nombre y nos dan un lugar en el sistema familiar.
Y Bertie tuvo un padre que fue un mediador catastrófico. Mediador catastrófico es aquel que niega, anula y desnaturaliza potencialidades y posibilidades para el crecimiento personal del otro. Desde no poder armar aviones porque había que coleccionar estampillas como el padre y otras correcciones dolorosas. Sumado a la no intervención de la madre, una nodriza cruel y el peso de su lugar entre los hermanos hicieron que la tartamudez de Bertie tuviera causas internas y no mecánicas o fisiológicas.
2. EL ROL COMO OCASION Y RIESGO
Suelo decir que cada rol que debemos asumir es ocasión y riesgo.
Si mi deseo es dar clases sólo cuando las doy es cuando tengo ocasión para que mis virtudes como docente se manifiesten.
El riesgo es que el rol se imponga a la persona.
Y también el rol tiene demandas específicas, tanto para ser un buen profesional como para ser un buen rey, como en este caso. Ante eso puedo no sentirme o no estar a la altura de las demandas que ese rol tiene.
Ese sentimiento lo acosa a Bertie, casi no puede pronunciar la palabra rey, y aunque interiormente deseara serlo siente que es nadie y no puede ejercer ese rol.
Tendrá que encontrar el mediador adecuado para poder descubrir que tiene una voz y que puede ser un buen rey. Pero para ello deberá comprender que tipo de relación tiene que tener con su mediador.
3. TODA RELACION DE ROL ES UNA RELACION INSUFICIENTE
Sólo una relación de persona a persona posibilita una relación suficiente.
Toda relación que se establece a partir del rol puede ser valiosa pero es insuficiente.
Lionel lo comprende y lo propone desde el comienzo. Mi lugar, mis reglas, señala. Sabe que si el trato es sólo entre el todavía Duque y logópeda no podrán alcanzar el objetivo buscado. Por eso el mediador lo nombra: Bertie. Es como un nuevo bautismo.
A partir de ese momento serán Lionel y Bertie. Al futuro rey le costará al principio comprender que sólo relacionándose más allá del rol el encuentro y la posibilidad de empezar a superar su tartamudez serán reales.
Claro que para que la relación sea cabalmente interpersonal Bertie tiene que comenzar a conectarse con su ser interior y desocultar las causas de sus miedos. Será el cara a cara entre ambos y Lionel como mediador adecuado lo que lo harán posible.
Es en la dramaturgia y la poética de esa relación, no exenta de humor, donde está el centro del film y es lo que llamo su propuesta existencial.
Martín Buber señalaba que sólo si veo al otro como persona hay relación yo-tú, de otro modo la relación es yo-ello, que es cuando la relación es superficial o lo que llamo relación de rol a rol. Pero a ello agrego que si no tengo una relación con mi yo auténtico en realidad la relación es ello-ello, impersonal, objetiva, instrumental, en el fondo seremos dos desconocidos que se relacionan para cumplir funciones, no para encontrarse y descubrirse personalmente.
Por supuesto que no todas las relaciones pueden ser ni son personales, esa es parte de la melancolía que me produce el mundo tal cual es y no como debería ser.
Pero hay ocasiones en que alguien propone una relación distinta y allí lo que se produce implica encuentro, reconocimiento, enriquecimiento y crecimiento existencial.
Esto es lo que se va a dar en el encuentro entre Lionel y Bertie.
Con sus claroscuros, con sus crisis, como la secuencia en la que el ya rey George VI parece sentir que fue engañado porque el otro no tiene título ni es doctor. Rebajando el tipo de relación que tuvieron hasta ese momento a una mera relación de rol.
Y es ahí donde el mediador adecuado lo llevará a la toma de conciencia de aquello que hizo que la relación tuviera éxito, el tipo de experiencia y el don que Lionel pudo aplicar en la Primera Guerra Mundial para aplacar los miedos de los soldados. Y en un crescendo dramático el rey aceptará que tiene una voz propia y que fue él, Lionel, el mediador adecuado para reconocerla y hacer surja.
4. PERSONALIZAR EL ROL ES HABLARLE AL OTRO O A LOS OTROS COMO SE LE HABLA A UN AMIGO
Es allí donde se van articulando los elementos que llevan a la propuesta de la obra.
Sólo personalizando el rol las virtudes del mismo alcanzan al otro como persona y es en la magnífica escena del discurso donde, con la música de la séptima de Beethoven, se encuentran dos seres que se conectan más allá de sus limitaciones.
Cuando el rey tiene que hablarle por radio al pueblo sobre la declaración de guerra a la Alemania hitlerista y sus sentimientos ante ello, debe sobreponerse a sus miedos y a los de los otros en esa hora grave.
En ese momento Lionel le pide que le hable al pueblo como si le hablara a él, como si le hablara a un amigo.
5. LA INTERIORIZACION Y LA PROPUESTA EXISTENCIAL
Allí terminan de anudarse los elementos de esta reflexión a partir de El Discurso del Rey.
Es cuando digo que si vemos la película como contempladores (Invito a que lean mi decálogo del contemplador), y la interiorizamos personalmente podemos descubrir que:
TODOS TENEMOS ALGUNA TARTAMUDEZ INTERIOR.
Y que para aceptarse a sÍ mismo, superar algunas de nuestras las limitaciones y conectarse existencialmente con los otros, hay que encontrar el mediador adecuado. El que a partir de personalizar su rol me permita comprender las causas de lo que me pasa, encontrar mi propia voz y apropiarme creativamente de las posibilidades que tengo. No sólo para responder a las demandas de un rol sino para crecer y transformarme como persona.
Si esto es posible:
seremos reyes, dueños y soberanos no sólo de nuestros discursos sino de nuestra vida.
RUBEN CICHELLO
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